Port Ginesta (Sitges),27 de abril 2014.- En el marco del Sailing Meeting, celebrado este fin de semana en las instalaciones de la marina de Port Ginesta, ha tenido lugar una conferencia de Siga Curt, director de la regata oceánica Gran Prix del Atlántico, donde se ha explicado cómo se desarrolló la última edición de esta prueba, finalizada hace tres meses y que unió la isla de Lanzarote con los puertos colombianos del Caribe.
En la conferencia Siga Curt ha expresado como esta regata se ha convertido en una referencia en la vela trasatlántica e invitó a los asistentes en la conferencia, la mayoría navegantes y aficionados de mar, en participar en esta prueba, ya que como comentó, ‘uno de los sueños de todo navegante es poder hacer el cruce atlántico a vela, que es como hacer un Himalaya para un aficionado a la montaña, -señaló- y el Gran Prix posibilita y facilita el poder realizar esta aventura náutica, contando con el apoyo de un equipo profesional de regata que vela por una buena organización y ofrece unas garantías de seguridad y comodidad a sus participantes. El Gran Prix es una fórmula pensada para cumplir con este sueño en atravesar el Atlántico para muchos navegantes’.
En la conferencia se comentaron anécdotas, curiosidades, las complicaciones que tuvieron los regatistas con la meteorología en esta edición, que afectó de forma sería a muchos inscritos que tuvieron que retrasar e incluso posponer la salida, ante la imposibilidad de poder acceder a las islas Canarias desde la Península. También se explicó con todo detalle sobre la difícil situación que vivió una embarcación que tuvo que ser rescatada en mitad del océano y donde se vió como una buena coordinación entre organización de regata, afectados y servicios de salvamentos, lo que pudo haber sido un drama de primera magnitud, finalmente se resolvió de forma feliz, quedando en un serio susto.
En la conferencia se constató que gracias al hecho de poder cruzar el océano Atlántico bajo el amparo de una regata, es ya en si mismo una garantía de seguridad, al hacerse desde el comité de control de la prueba un seguimiento individualizado y continuo a diario de todas las embarcaciones, ‘lo que permitió, ante un grave caso de accidente marítimo, como el ocurrido al barco participante que sufrió una vía de agua, se resolviera de forma positiva, quedando el incidente como un susto, circunstancia que hubiera sido muy distinta de haberse producido en una embarcación ‘navegando de por libre’, fuera del amparo de una organización de regata ’, señaló Siga Curt.