Horta, isla de Faial (Azores) 2 de julio 2014.- El puerto de Horta es hospitalario. Un lugar idóneo donde descansar, después de una larga travesía atlántica. Alcanzar Horta, ya sea por el Este o por el Oeste, siempre es un largo viaje por mar.
Todos los participantes en el Gran Prix del Atlántico 2014, en su viaje de retorno hacia España, han pasado por este singular puerto. Ahora, allí, se encuentra Juan Antonio Martin, navegante solitario del Vagabundo que llegó el pasado 29 de junio procedente de la isla caribeña de St Marteen, tras 23 jornadas de navegación y con una breve escala en la isla azoriana de Flores.
‘Estoy reparándome en Horta. -nos cuenta Juan Antonio– A parte de descansar en este puerto, que es como un hogar de los navegantes, he visitado el hospital médico de Horta, para hacer unas nuevas radiografías de la clavícula’, la que se rompió en Antigua.
‘Los huesos están bien colocados, -nos dice- que es lo principal, pero eso de no deja que me siga doliendo. La larga travesía ha sido dura, por lo que además del necesario descanso, del avituallamiento correspondiente y alguna pequeña reparación en el barco, también he creído conveniente comprobar como tenía la rotura ósea y descansar un poco’.
Un descanso reparador hará que de nuevo el Vagabundo se ponga a navegar para poner proa hacia el estrecho de Gibraltar. Tiempo al tiempo, que lo cura todo. Y las visitas al bar Peter’s también ayudarán a que este navegante, reconocido como uno de los grandes en este templo de la navegación, se recupere y descanse.
Mientras, Juan Antonio también reparará el graffiti que tiene pintado en el muelle de Horta. En este mural hace años que pone las fechas en que el Vagabundo ha amarrado en este puerto. La última es del 2008. Se tendrá que poner una nueva, la del 2014 y recomponer la pintura que está aguantando el paso de los años y que refleja la gesta de este navegante atlántico, que ha hecho del cruce oceánico una mística náutica