Organización GPA, 4 de junio 2014.- El estrecho de Gibraltar es una de las barreras marítimas más carismáticas.
Los antiguos ya la denominaron las puertas de Hércules, entre otras cosas, por la dificultad de su navegación.
Mar, viento marea, se sintetizan en esta zona. Pero hoy la gran barrera en esta zona marítima, así como la de sus aledaños, no son las mareas, el viento, o los temporales, sino el continuo tráfico marítimo que transcurre por esta área.
Así nos lo explica Pedro José Solano, armador del Yavila, primera embarcación en alcanzar costas españolas en el torno viaje desde el Caribe, tras su participación en el Gran Prix del Atlántico.
Esta mañana han cruzado la línea de Tarifa y han entrado en el Mediterráneo. En la singladura anterior, han tenido que abrirse paso en la complicada barrera producida por el intenso tráfico marítimo Norte-Sur existente en esta área. Vigilar, esquivar, controlar el paso de los mercantes que navegan por esta zona es la tarea más dura y cansada de toda la travesía atlántica a vela, ‘en todo el cruce, prácticamente no pasa ninguna embarcación por nuestra derrota y tenemos todo el mar para nosotros –nos comenta Pedro– Los que vamos a vela y los que van a motor optamos por rutas distintas. Pero cuando buscamos el Estrecho coincidimos todos. Y por ello hay que vigilar, para evitar una colisión, muy frecuentes por parte de estos enormes buques contra los pequeños veleros’.
El Yavila ha realizado una travesía magnífica desde Horta (Azores), que salió el pasado día 28 de mayo, hasta llegar hoy a la altura Tarifa. ‘Cuando zarpamos de Faial optamos por subir de latitud, para coger los vientos del Norte que estaban en los pronósticos y se han confirmado a lo largo de estos días frente la costa continental de Portugal. Una vez alcanzados los aprovechamos de aleta, que es como navega bien un catamarán– nos dice Pedro– y facilitar el viaje. También queríamos beneficiarnos de la corriente del norte que corre por esta zona’.
La táctica les ha salido muy bien. En cinco días alcanzaron cabo San Vicente, a pesar de que cuando partieron de Horta tuvieron dos días de vientos muy flojos. Ahora con viento de Poniente, también favorable, están aprovechando la marea para entrar definitivamente al Mediterráneo. ¡Bienvenidos!