26 de diciembre del 2013.- La profunda borrasca (ciclogénesis explosiva) que se ha desencadenado en el Atlántico norte y que llega hasta el norte de Africa, está afectando a los participantes del Gran Prix del Atlántico que estos días se encuentran en plena navegación para alcanzar la isla de Lanzarote y tomar la salida en Marina Rubicón destino Colombia.
Vientos de poniente, de más de 70 nudos, con rachas que superan los 90 nudos, en momentos alcanzan los 120 nudos (valores de huracán, no habituales en esta zona marítima, a pesar de ser área de potentes vientos) hace imposible la navegación en el área del estrecho de Gibraltar y en toda la cuenca mediterránea.
Este mal tiempo excepcional, con vientos huracanados y olas de más de 9 metros de altura, está provocando que muchos participantes que se encontraban estos días en plena navegación hacia el punto de salida del Gran Prix, estén ahora retenidos, refugiados en puertos cercanos donde les cogió la entrada de estos potentes vientos, originados por la ciclogénesis explosiva.
El pasado día 23, ante la entrada sucesiva de frentes, con vientos, ‘imposibles de gobernar’, obligaron a la tripulación del Kairos a refugiarse en el puerto de Barbate y se encuentran aún allí. ‘Es imposible salir -nos ha señalado el armador Agustín Gutiérrez– es un vendaval excepcional lo que se está viviendo en esta zona. Por suerte estamos ‘al otro lado’ del Estrecho y cuando esto amaine pondremos proa a Lanzarote’.
Esta misma situación la están viviendo muchos componentes de la flota del Gran Prix. En el ‘otro lado’ del Estrecho, en la bahía de Algeciras, se encuentra Juan Antonio Martín armador del Vagabundo. Está refugiado en la marina de La Línea (Alcaidesa Marina – Puerto Deportivo), desde el pasado día 23, soportando dentro del puerto vientos constantes de 50 nudos. Fuera, en el estrecho, la fuerza del viento supera la F9, llegando a F10, un viento que casi toma categoría de huracán, realmente singular en esta zona europea.
La flota del Gran Prix del Atlántico, con paciencia y calma, está a la espera de que encalmen un poco los vendabales, -se supone que a lo largo de las próximas horas se normalizará la situación-, para poner proa de nuevo a Canarias.